6.1.- El artífice de la gran jornada
La pobre campaña de los "rojos" en 1960, obligó a que el talquino Oscar Andrade reemplazara en la banca al argentino Donato Hernández. Llegó en la Segunda Rueda y logró que el equipo ascendiera desde los últimos puestos al quinto lugar. Entonces tenía 39 años. Había sido jugador de fútbol profesional. Jugó en Rangers, Santiago Morning y Bádminton. Fue alumno de Alejandro Scopelli en el curso de entrenador.
Era conocido en esta profesión en la zona, pues había sido campeón de la División de Honor de Valparaíso, dirigiendo al "Walter Müller". También estuvo a cargo de Rangers, con quien subió a la Primera División. Fue ayudante de Luis Tirado en la preparación de la Selección de Chile para las eliminatorias del Mundial de 1954.
También Oscar Andrade estuvo a cargo de Universidad Técnica durante tres años. En La Calera se le recordaba por haber dirigido al equipo santiaguino en la polémica final de 1955. Cuando llegó al cuadro "rojo" impuso una disciplina de hierro. Una nota de "La Unión" de Valparaíso, en 1961, daba a conocer sus importantes atribuciones.
"El entrenador Oscar Andrade -señalaba la nota periodística- tiene la autoridad superior para castigar, multar o suspender a sus jugadores. También debe responder por la preparación técnica y física de sus dirigidos, de sus estados de salud, además de mantener la disciplina dentro y fuera de la cancha".
Contaba con un enorme respaldo del presidente Arturo Ovalle Ortúzar y toda la plana directiva de Unión La Calera. Logró conformar un plantel de jugadores con una preparación física envidiable, alto espíritu de lucha y entrañable amor por su club. Para muchos, Oscar Andrade fue el artífice de las grandes jornadas que vivió la ciudad durante la campaña de los "rojos" en 1961.
6.2.- La conformación de un plantel de lujo
La campaña de 1961 sorprendió a Unión La Calera en un buen pie institucional. Tenía un cuadro directivo de prestigio, presidido por el empresario Arturo Ovalle Ortúzar, quien fue director de la sede de Viña del Mar, del Mundial de Fútbol de 1962.
Era una mixtura de dirigentes antiguos y nuevos -con representantes de la ciudad y profesionales de Cemento Melón- como Ramón Aravena Laborde, Serapio Ayala, Eugenio Messina Marchant, Diego Lillo Gómez, Alfonso Serrano, Lino González, Guillermo Leighton, Mario Espinosa, Oscar Bauer Rodríguez, Isat Abuyeres, Oscar Núñez Valencia y otros.
Por su parte, Oscar Andrade se preocupó de reforzar el cuadro del año anterior con algunas figuras de prestigio. Uno de ellos era el ex seleccionado nacional René Orlando Meléndez, quien había campeón de la División de Honor con Everton en 1950 y 1952.
El ex dirigente Sergio Olave Castillo recuerda que "se hizo una campaña en la ciudad para fichar a René Meléndez. En poco tiempo se logró reunir los 150 mil pesos de su pase. Además, recibió un camión como prima de su contrato, que arrendaba a Cemento Melón".
También llegó Orlando Cunha Filho, uno de los primeros brasileños que jugaron en el fútbol chileno. Debió haber sido el primero, pues aunque llegó antes que Zezinho -que jugó en Santiago- le costó aclimatarse a La Calera. Había jugado en Juventus de Sao Paulo y, después de unos meses, se convirtió en un ídolo de los hinchas caleranos. A ellos se sumó la consolidación de jugadores como Fidel Zuleta, Antonio Vargas, Moisés Silva, Raúl Torres, Edgardo Ortiz y varios más.
El plantel que conformó Oscar Andrade tuvo como jugadores a Luis Pérez Arancibia, Luis Anabalón Mena, Luis Aranda González, Alfredo Avilés Barahona, Rigoberto Cabrera S., Orlando Da Cunha Filho, Manuel Escobar Moraga, Nelson García Jiménez, Héctor Leiva Astudillo, Luis Libuy Zamora, René Meléndez Brito, Osvaldo Ocaranza M., Sergio Orellana Aceval, Edgardo Ortiz, Pedro Arancibia, Juan Rojas Calderón, Ismael Sandoval, Luis Sandoval Mena, Moisés Silva Silva, José Raúl Torres Montes, Misael Urrea Vega, Viterbo Valdivia Toro, Pascual Valencia, Antonio Vargas Meneses y Fidel Zuleta Olavarría, capitán del cuadro.
6.3.- Cuando los domingos caleranos fueron una fiesta
La hinchada calerana pareció adivinar que 1961 sería una fiesta perpetua. Desde el primer partido, las graderías del Estadio Municipal comenzó a atraer a una gran cantidad de público. Los sucesivos triunfos del cuadro "rojo" crearon un ambiente de gran convocatoria. Nelson García recuerda que volvieron las camisas de Sergio Olave para premiar a los goleadores "y los más democráticos corderos de la Carnicería Morales, que estaba en J.J. Pérez".
El mismo Nelson García recuerda que "se hablaba de fútbol toda la semana. Incluso, después de los triunfos, Rodolfo Mateluna nos llamaba a los jugadores de Unión La Calera que éramos empleados de Cemento Melón y no nos dejaba trabajar. Debíamos comentar con él las alternativas del partido. Cuando íbamos a jugar afuera, nos acompañaban cientos de personas. No miento si digo que en algunos partidos la ciudad quedaba casi vacía".
En los primeros partidos Unión La Calera ya era un equipo temido por sus rivales. Desde el inicio de la competencia se encumbró como puntero. El entrenador argentino de `O´Higgins´ de Rancagua, Ovidio Casartelli, decía que los caleranos era "un cuadro de gran rendimiento y con jugadores de gran técnica. Será difícil que lo derroten y menos que lo desplacen del primer lugar".
Ese año, la División de Ascenso tenía doce equipos. Cada uno mantenía planteles con grandes jugadores. Desde el inicio del torneo la lucha se dio con Unión San Felipe, Deportes La Serena, Magallanes Ñublense, Trasandino y Coquimbo Unido. Después de 17 fechas, sólo en la sexta jornada de la Segunda Rueda el cuadro de Unión La Calera vino a conocer su primera derrota. Fue en San Felipe, por tres goles a dos.
La prensa de la época -que le daba amplio espacio a la campaña de los "cementeros"- señaló: "Unión La Calera cayó con todos los honores. Fue vencido, pero vendió cara su derrota y no cejó hasta el pitazo final en busca de la paridad. Aunque se lesionó (Antonio) Vargas disputó cada pelota con ganas y la defensa sanfelipeña resistió bien el asedio, aunque los rojos le hicieron los dos goles en el segundo tiempo".
En unas jornadas más, Unión La Calera perdería con Trasandino, lo que hizo que el campeonato se hiciera más entretenido. Sin embargo, los caleranos volvieron pronto a los triunfos y nunca se desprendieron de la punta de la tabla de colocaciones. Pese a las derrotas, la hinchada jamás le dio la espalda y los domingos estuvieron alentado a sus ídolos desde las graderías del Estadio Municipal o de cualquier otra cancha.
Un relato de la época -del diario "La Unión" de Valparaíso- señalaba: "Más de 800 socios y simpatizantes de Unión La Calera a acompañaron a su cuadro favorito para estimularlo en el difícil match con Universidad Técnica del Estado. Un tren espacial y cinco buses transportaron a los hinchas a la capital, que se trasladaron de la Estación Central, caminando a los sones de una banda.
"Los aficionados -agregaba `La Unión´- premunidos de gorritos rojos y organizados en una disciplinada barra, vivaron a sus jugadores en todo momento , estimulándoles a sacar fuerzas de flaquezas cuando se demostraban inseguros e imprecisos. Al finalizar el partido dieron rienda suelta a su alegría por el triunfo (dos por cero) y regresaron cantando al tren y vehículos que los llevarían de vuelta a sus hogares".
6.4.- Ascenso en Coquimbo y campeones en Chillán
Unión La Calera supo que subiría a la División de Honor del Fútbol Profesional en la antepenúltima fecha del torneo de 1961. Derrotó a Coquimbo Unido, el sábado 29 de octubre, antes seis mil espectadores en el puerto nortino. Entre los asistentes había más de 600 caleranos que viajaron por más de siete horas para vivir la histórica jornada.
Fue una dramática victoria, por dos goles a uno, conseguida en los últimos minutos a través de un tanto de Raúl "Chico" Torres, quien también había convertido el primero. La prensa de la época, que señala que Coquimbo Unido comenzó ganado con un gol de en la primera etapa.
En el segundo tiempo empató Unión La Calera y, cuando se acercaba el final del partido, "(Raúl) Torres despidió un sorpresivo `cañonazo´ desde lejos y logró el triunfo ante la sorpresa de los coquimbanos y la alegría de los caleranos. Sergio Olave Castillo recuerda que "los jugadores lloraban en el campo y los hinchas estábamos felices. Sin embargo, los coquimbanos se enojaron más de la cuenta por la derrota y tuvimos que mantenernos por más de dos horas en el estadio"
Faltando sólo dos jornadas para el término del campeonato, Unión La Calera, con 31 puntos, se mantenía puntero -por una unidad- sobre San Felipe. Los seguían, con 24 y 23 puntos, respectivamente, Deportes La Serena, Ñublense, Magallanes y Trasandino. El reglamento de la Segunda División para ese año estipulaba que subirían cuatro clubes.
Sin embargo, Unión La Calera quería ser campeón. Para lograrlo debía derrotar a San Bernardo y luego viajar a enfrentar al peligroso Ñublense de Chillán. Ante un lleno completo en el Estadio Municipal de La Calera, los "rojos" derrotaron, por 5 goles a dos, al equipo ferrocarrilero de San Bernardo Central. Entretanto, Unión San Felipe enredó un punto. Sólo bastaría un empate en Chillán.
El domingo 14 de noviembre de 1961 la ciudad estaba vacía. En la noche anterior un inmenso convoy con caleranos había iniciado su viaje con destino a Chillán. Iban en busca de la Copa de Campeones de Segunda División. Un gol de tiro libre de Moisés Silva le dio el título a Unión La Calera. De los 22 partidos del torneo, Unión La Calera logró 14 triunfos, seis empates y sólo dos derrotas. Raúl Torres fue el goleador del campeonato, con 15 goles.
El arquero Luis "Tato" Pérez recuerda que el partido en Chillán terminó empatado a un gol. "Después del tiro libre de Moisés Silva nos defendimos con todo lo que teníamos. Ellos tenían un argentino grandote (José Borello) que nos hizo pasar muchos sustos, pero al final fuimos campeones. La emoción fue tanta, que no recuerdo muchas cosas. Esa tarde, yo regalé hasta mis zapatos de fútbol. Unos años después, un calerano a quien no conocía, me dijo: `gracias `Tato´ por regalarme tus zapatos en Chillán´".
6.5.- Una fiesta popular que duró dos días
La fiesta por el Campeonato de la Segunda División se inició en el precisó momento en que el árbitro dio el pitazo final. Los caleranos convirtieron Chillán en un carnaval. También en La Calera se habían iniciado los festejos. Durante horas los caleranos que se habían quedado en la ciudad esperaron a sus coterráneos frente a la Estación de Trenes para abrazarse y saber de las historias del titánico triunfo chillanejo.
Entretanto, el plantel viajó, en la misma tarde del domingo, en un bus, de vuelta a la ciudad. Luis "Tato" Pérez recuerda que "después de la fiesta de Chillán, nos trajeron a La Calera. Nos exigieron que nos fuéramos a nuestras casas y que nos `fondeáramos´ hasta el día siguiente. Nadie podía salir a la calle, pues se estaba preparando una gran bienvenida a la ciudad.
"Nos pasaron a buscar a cada uno -agrega Luis `Tato´Pérez- a nuestras casas y nos llevaron hasta la Bomba de Bencina que tenía el presidente del club, Arturo Ovalle, en la entrada de Artificio. Nos subieron a una micro y, entre una enorme cantidad de gente, que incluso se subió la bus, llegamos hasta un escenario que había instalado la Municipalidad".
Sonia Aravena, hermana del alcalde Ramón Aravena y esposa del jugador Héctor Leiva- participó en la preparación de los festejos. "La idea de mi hermano era celebrar el campeonato con una gran fiesta popular. La gente llenó las calles y se mantuvo en ellas por largas horas. Los jugadores que habían estado en más partidos recibieron medallas de oro, los que habían jugado menos, sólo de plata.
A mi marido (Héctor `Tito´ Leiva) que había jugado bastante en el año, le dieron una de plata. Cuando le pregunté a mi hermano la razón y me respondió, con una sonrisa: `¡Cálmate! Piensa qué va a decir la gente si le entregó una medalla de oro a mi cuñado, que no jugó todos los partidos. Además, las que compramos no alcanzaban para todos´". Durante la fiesta se conoció el desafío de Unión San Felipe, que había terminado a un punto de los campeones, de jugar una final extra con Unión La Calera.
Alguien aceptó la singular propuesta y se jugó un partido entre caleranos y sanfelipeños en el Estadio Nacional, en un preliminar de un amistoso entre la Selección de Chile y la de Rusia. Ganó Unión La Calera por cuatro goles a dos ante setenta mil personas. No quedó duda alguna quién era el campeón.
Un tiempo después se jugó un amistoso con la "roja" en la capital, donde se perdió por tres goles a cero. Era el preludio de lo que sería el esperado debut de los "rojos cementeros" en el fútbol grande.
Hola soy una persona 100% elquina (IV Región) y les digo con toda franqueza que al leer la historia que han publicado he sentido un emoción muy grande Yo era un niño a mediado de los 60 pero me gustaba informarme profundamente del futbol chileno,al leer lo que ustedes publicaron me trasladé automaticamente a esa hermosa etapa de mi vida.Para Uds. un agradecimiento y un fuerte abrazo a la distancia y deseando que Unión La Calera vuelva estar en 1º otra vez por muchos años.
ResponderEliminar