2.1.- La División de Honor de Valparaíso
En sus inicios, a partir de 1933, el fútbol profesional tenía como integrantes sólo a equipos de Santiago. Se agrupaban en la Asociación Central de Fútbol. Como el balompié ya era pasión en todo el país, comenzaron a aparecer otras federaciones provinciales. Una de ellas, que se organizó en la años 40, fue la División de Honor de Valparaíso.
Se le conocía como la "Dihva" o "La Porteña". Sus integrantes eran clubes de bastante prestigio deportivo de la zona que, fácilmente, daban cuenta de los "grandes" de la capital. Entre otros, participaban Santiago Wanderers, Everton de Viña del Mar, Carmelo y Praga, CRAV de Viña, Deportivo Las Zorras, La Cruz, Sportiva Italiana, San Luis de Quillota, Deportivo Español, Universidad Santa María, el Audaz y Fosfatos Melón de La Calera.
La "Dihva", y otras ligas semiprofesionales del país, fueron la base para iniciar una campaña destinada a incorporar clubes de provincia al fútbol profesional, que se había iniciado en 1933. Pocos años después se incorporaron a la Asociación Central de Fútbol Santiago Wanderers y Everton de Viña del Mar.
También la "Dihva" fue un pilar en la iniciativa de crear una Segunda División Profesional. El periodista Edgardo Marín, en su libro “Centenario: Cien Años del Fútbol Chileno”, cuenta que “desde 1943 se luchaba por la idea, impulsada principalmente por el capellán Gilberto Lizana (el legendario `Cura Lizana´), dirigente de Iberia, a quien se sumaron Alberto Cazzorla, Julián San Miguel y, más tarde, Eugenio Velasco, dirigente de Universidad de Chile”.
Sin embargo –continúa Edgardo Marín- “finalmente en 1951 se dictan los reglamentos pertinentes, aunque se señaló que no serían operativos hasta cuatro años más tarde. Al comienzo sólo opera el ascenso, pero no el descenso. Pero, en 1952, la fuerza de la Segunda División se hace notar y produce el ascenso de dos cuadros que serían, con el tiempo, buenos animadores de la Serie de Honor: `Palestino´ y `Rangers´”.
2.2.- La gloriosa historia de "Fosfatos Melón"
El representante calerano en la División de Honor de Valparaíso era un equipo de Cemento Melón. El club "cementero" tenía una enorme trayectoria deportiva y un equipo con jugadores que, fácilmente, podrían estar en el fútbol profesional. Además, poseía una infraestructura importante, con un estadio para dos mil personas, una sede social y todos los trabajadores de la empresa como socios con sus cuotas descontadas por planilla.
César Vera recuerda que "la entrada al estadio estaba frente a la plaza Cemento Melón. Al principio era un potrero, pero luego le pusieron unas tribunas. Tenía un cuidador que mantenía ovejas y terneros para cortar el pasto. También, durante algún tiempo tuvo un velódromo. Se llenaba para los partidos, especialmente para los clasicos locales o cuando venía Wanderers o Everton a jugar con `Fosfatos Melón´. Pero cuando iba más gente al estadio era para las Revistas de Gimnasia".
El ex futbolista César Vera recuerda que, "en los años 50, se decidió trasladar el Estadio de Cemento Melón a su actual ubicación. A un antiguo mecánico, Luis Ramírez, se le ocurrió que se podía salvar las tribunas de concreto que se habían construido varios años antes. Le dijo al ingeniero Rodolfo Mateluna que era posible cortarlas en trozos y llevarlas a su nueva ubicación. Ambos crearon unos carros con ruedas grandes, hechas con los rodillos que hacían girar los hornos. Su traslado fue un espectáculo inolvidable.
El ex jugador Víctor Manuel Omar Ríos, recordaba -en una entrevista en "El Observador"- que "la fábrica nos daba permiso a un grupo de trabajadores para entrenar tres veces a la semana en el antiguo Estadio Cemento Melón. Entonces, La Calera estaba llena de buenos jugadores y los clásicos con otros clubes locales llenaban las graderías. También jugábamos con equipos de Santiago. Ganábamos siempre".
En 1938, la Cuarta Especial de Cemento Melón jugó, de semifondo, en la jornada que se inauguró el Estadio Nacional, con el Presidente de la República de entonces, Arturo Alessandri Palma, en las tribunas. Se le ganó a Unión Española por seis goles a dos. Colo Colo enfrentó de fondo a un equipo extranjero. Jugó muy mal y la gente pedía que jugaran los juveniles de Cemento Melón.
El ex jugador Víctor Omar -una leyenda del fútbol calerano- dice que jugó hasta partidos internacionales en el estadio "cementero". "Mi primer partido con equipos extranjeros los jugué con el Sao Paulo y el Estudiantao de Brasil. Venían de ganar en Santiago y Valparaíso. Acá `la vieron negra´ con nosotros. Le ganamos a ambos por idéntico marcador: tres goles a dos".
El Club Deportivo Cemento Melón, con el nombre de "Fosfatos Melón" -por un abono agrícola que producía- fue protagonista de los torneos de la División de Honor de Valparaíso. Víctor Omar dice que el representante calerano en el fútbol profesional "estaba integrado por operarios de la Fábrica Cemento Melón y en 1945 fuimos campeones de la asociación porteña. Le ganamos a equipos como Wanderers, Everton, San Luis y otros".
El cuadro de honor de "Fosfatos Melón" estaba lleno de grandes jugadores. Aún se les recuerda: "Francisco Rocco, en el arco; Víctor Omar, Alberto Mena, Elías Arriagada, Heriberto Córdova, Juan Gustavo Estay, Rubén Cerda, Pedro Vicentella, Viterbo Valdivia (papá), Manuel Córdova (Magallanes y Seleccionado Nacional) y Aníbal Belmar. Nuestro entrenador era (Pedro Mazullo) Guillermo `El Monumento´ Saavedra, quien había jugado por Chile en el Sudamericano de 1926, las Olimpiadas de 1928 y el Mundial de Uruguay en 1930".
Los reglamentos de la "Dihva" estipulaban que los equipos debían presentar, como preliminar, un equipo juvenil. También los caleranos eran una sensación. A ese cuadro le llamaban "el Fosfatín". La mejor Cuarta Especial de "Fosfatos Melón" la integraban el arquero Rigoberto Alvarez, Carlos Méndez, Hugo Vera, Leiva, Luis Segura, Víctor Lafitte, Pedro Jaime, Mario Díaz, Eduardo Donoso y César Vera, entre otros. Varios habían jugado por el Victoria.
Con la partida de Wanderers y Everton a la Asociación Central de Fútbol, la División de Honor de Valparaíso desapareció. Víctor Omar dice que Fosfatos Melón también pudo entrar, entonces, al fútbol profesional, "pero la compañía se opuso y volvimos a jugar en la competencia de La Calera. Después estuve un año en Santiago, junto a Heriberto Córdova, Juan Estay y Rubén Cerda. Jugamos en Magallanes. Después volví a Cemento Melón y llegué a ser presidente del club".
Leopoldo Silva Reynoard, también recuerda. "Todos los caleranos estaban orgullosos de sus representantes. Seguían semana a semana las campañas de sus coterráneos en la capital. En esos años había que esperar las noticias de los diarios del lunes, ya que no se transmitían los partidos por radio. Los cuatro cumplieron buenas actuaciones. Rubén Cerda fue un alero izquierdo muy rendidor; Heriberto Córdova, un delantero que no desentonó con los "crack" santiaguinos; y Juanito Estay un puntero de gran velocidad que lanzaba centros muy precisos.
"En cuanto a Víctor Omar -agrega Leopoldo Silva- era impasable en su puesto de marcador de punta. En realidad, `los importados de La Calera´, como los llamó algún periodista capitalino, dejaron muy bien puesto el nombre de su ciudad".
2.3.- Pedro Mazullo y Guillermo "El Monumento" Saavedra
El uruguayo Pedro Mazullo fue integrante del plantel de Uruguay en el Mundial de 1930. Era "wing" derecho y fue campeón del mundo. Dirigió la Selección Chilena, durante dos Campeonatos Sudamericanos: El de Argentina, en 1937; y el de Perú, en 1939.
Su receta era: "nada de instrucciones teóricas, nada de mesas con títeres o pizarras con rayas, simulando avances; todo en terreno donde el jugador demuestre lo que vale individualmente y para el conjunto".
Después de estar a cargo de algunos clubes profesionales de la capital y la Universidad Santa María, llegó a Cemento Melón. El fue quien armó, durante los años 40, los grandes equipos de "Fosfatos Melón". Después, lo tomaría otro grande del fútbol mundial. Guillermo Saavedra, quien también había jugado el Mundial del 30.
Guillermo Saavedra Tapia fue considerado, en su tiempo, el mejor centro half del mundo. Nació en Rancagua el 5 de noviembre de 1904. Era el hijo del boticario de la ciudad. Desde niño destacó como futbolista. Llegó al Colo Colo de David Arellano.
Hizo la mítica gira por Europa (donde murió el capitán de Colo Colo David Arellano), jugó en las Olimpiadas de Amsterdam, en 1928, y el primer Mundial de Fútbol, en 1930, en Uruguay. En Alemania, Guillermo Saavedra, pese a su escaso un metro y 63 centímetro de altura, se ganó el reconocimiento del "mejor centro half del mundo".
También ostentó los apodos de "El Monumento", "La Estatua" o "El Maravilloso". Jugó en Colo Colo hasta 1936, luego de sufrir una fractura. Después jugó unos meses en Santiago Morning. En 1941 fue contratado por el Club Deportivo Cemento Melón como entrenador. También trabajaba para la empresa cementera.
En 1942 instaló un local de implementos deportivos en La Calera. Fue entrenador de "Fosfatos Melón", especialmente de los juveniles. Introdujo en el fútbol calerano muchas de las tácticas del fútbol moderno. Entre ellas, la preparación física tres veces a la semana. Sus equipos actuaban de acuerdo a una estrategia.
Consiguió que vinieran a La Calera equipos importantes del país y Sudamérica. Los hacía morder el polvo de la derrota en el Estadio Cemento Melón. Volvió a jugar amistosos con los juveniles. Con Guillermo Saavedra el fútbol calerano se masificó y logró una fama nacional. Estuvo, hasta 1948, a cargo de "Fosfatos Melón". Después entrenó al Club Deportivo Victoria y a Minas Navío.
Murió en su ley, el 12 de mayo de 1957. Después de un partido en Casablanca, se sintió mal del corazón en la Cuesta de San Pedro. Falleció en el trayecto de regreso en su automóvil. Lo sepultaron en el Mausoleo de Colo Colo en el Cementerio General. Parte de su familia sigue viviendo en La Calera. Un club de la ciudad lleva su nombre.
2.4.- Pedro Hugo López: el calerano que llegó más alto
Pedro Hugo López Michea debe ser, a través de todos los tiempos, uno de los más grandes jugadores caleranos. Hijo de un ex empleado del salitre en la Oficina María Elena y de la melonina Rosa Michea. Nació en 1928 en La Calera. Estudió en la Escuela Cemento Melón, de los Hermanos Maristas, que fue una verdadera "fábrica de ´cracks´".
César Vera dice que "en los recreos sólo se jugaba al fútbol. Había un patio grande, con piso de maicillo, donde había varias pichangas a la vez. De allí salieron grandes jugadores, que fueron parte del equipo de Cemento Melón o fueron a clubes profesionales".
De allí salieron, para jugar en distintos clubes, Pedro Hugo López, el arquero Raúl Torres, Guido Vásquez, Carlos Michea, Luis "Tato" Pérez, Nelson "Chueco" García, Fidel Zuleta, los hermanos Sergio y Rigoberto Cabrera (tíos del "Pititore"). Con los años, el Club Deportivo de los Hermanos Maristas Melón participó en la competencia de la Liga de La Calera, con un equipo de juveniles que enfrentaba a adultos. Con el tiempo, serían la base de Unión La Calera.
Pedro Hugo López jugó por la Escuela Cemento Melón y las divisiones inferiores de "Fosfatos Melón". Su compañero y amigo César Mena recuerda que "a ese equipo de infantiles y juveniles le llamaba `El Fosfatín´". Fue un puntero izquierdo de primer nivel. Muy joven lo contrató Colo Colo. Luego fue parte del plantel de Universidad de Chile y de Unión Española.
Por unos diez años Pedro Hugo López fue llamado a la Selección Chilena. Jugó en los Campeonatos Sudamericano de 1947, en Ecuador -donde hizo tres goles-; el de 1949, en Brasil -donde convirtió frente a Brasil y Colombia- y fue parte del plantel del Mundial de Brasil en 1950. En su momento, fue considerado como uno de los grandes "wings" de América. También fue un goleador insigne. El arquero Sergio "Sapo" Livingstone fue uno de sus grandes amigos. Lo llamaba "Lopito".
Al final de su carrera lo afectó una extraña enfermedad a la sangre. Incluso, en 1957, se integró a Unión La Calera. No jugó mucho y le debieron amputar un dedo. Después, las operaciones siguieron más arriba. Una hermana padecía el mismo mal. Pedro Hugo López, falleció a los 31 años, a fines de 1959. La muerte del joven "crack" calerano fue motivo de portada de diarios y revistas. En los años 60 existió, en el sector de Huertos Obreros, una cancha que llevaba su nombre. Su madre aún le sobrevive y reside en ese sector de la ciudad.
2.5.- El alto vuelo del “Cóndor”
Aparte de la fama futbolística de “Cemento Melón” y las campañas de “Fosfatos Melón” en la “Divha”, que congregaban unas dos mil personas por partido en el estadio de la cementera. También las diversas selecciones caleranas del fútbol amateurs destacaban en campeonatos regionales y nacionales. La "celeste" calerana era temida. Además, había varios jugadores caleranos que militaban en clubes profesionales.
Luis Orlando Anabalón, quien llegó a mediados de los años 30 a La Calera, recuerda también las exitosas campañas del “Cóndor”. “Se inició, a principios de los 40, con un grupo de niños que jugaban fútbol en la calle Caupolicán con Aldunate. Tenían unos siete u ocho años y, con el tiempo, se trasladaron a una cancha de piedras y tierra, al lado de la Escuela Nº 18 (hoy `Josefina Huici´), que llamaban `La Zumaeta´. Los pequeños debían practicar al lado pues los adultos no los dejaban jugar”.
El entonces funcionario de ferrocarriles Luis Orlando Anabalón, actualmente de 80 años, recuerda que “había niños de gran calidad futbolística, como Gregorio Espinoza, Pedro Hugo López, Mario Lattín, Guillermo González, Fuad Chahúan, Blas Buratti, ambos fallecidos después en un accidente de tránsito. Posteriormente, en la época juvenil, llegó Braulio Musso (Universidad de Chile, Selección Chilena), quien vivía en La Cruz”.
En 1943 se fundó el “Cóndor” y su primer presidente fue Héctor Urzúa. Este había sido un ex jugador de "Audax Italiano". “Sin embargo –dice Luis Orlando Anabalón- el verdadero líder del `Condor´ era Gregorio González, un apasionado y gran conocedor del fútbol, quien era discapacitado.
"Yo -agrega- sin saber mucho, y siendo jugador de `Ferroviarios´, era el encargado de los muchachos. Después, hice un curso con el entrenador húngaro de la Selección Chilena, Máximo Garay, en la Escuela Cemento Melón”.
Sin embargo, el “Cóndor” tenía serios problemas económicos para mantenerse. “Teníamos el apoyo de Martín Durán y Pedro Fernandino y de algunos papás de los niños. El problema es que los demás clubes podían traer buenos jugadores porque les daban trabajo. `Ferroviarios´ los contrataba en la empresa; `Cemento Melón´ en la fábrica o las minas; ´Calera Comercio´, en los negocios de la ciudad o en la Curtiembre Continental.
2.5.- El liderazgo de Nicolás Chahuán
Luis Anabalón dice que Nicolás Chahuán se hizo parte del "Cóndor". "Era dirigente del Calera Comercio y, como era un verdadero líder de la comunidad árabe de la ciudad, lo invitamos a ser parte de nuestro club de niños y jóvenes. Además, era arquero y árbitro de fútbol".
Nicolás Chahuán era conocido en muchas partes. Se encargó de organizar las giras que llevaron a el "Cóndor" a muchas partes. Luis Orlando Anabalón dice que el club calerano –con sus infantiles y juveniles- venció a equipos de Santiago, Valparaíso, La Serena, Coquimbo e Iquique.
“Incluso -recuerda Anabalón- los niños actuaron en los preliminares de partidos en el Estadio Nacional, entre equipos del fútbol profesional. También en encuentros de la Selección Chilena. En La Calera le ganamos a Gimnasia y Esgrima de Mendoza”.
Con el paso del tiempo, el “Cóndor” debió conformar -con muchos juveniles- un equipo adulto para jugar en la liga calerana. Luis Orlando Anabalón recuerda que en ese equipo, que más de alguna vez fue campeón del fútbol calerano, jugaban Francisco Guiselleire, Gregorio Espinoza, Mario Lattín, Mario Lodi, Fuad Chahuán, Blas Buratti, René González, Luis Drullí y varios otros.
Las exitosas campañas del “Cóndor” -con su camiseta a rayas verticales, azules y blancas- eran conocidas en todo el país. Varios de sus jugadores habían sido tentados por clubes del fútbol profesional. El “Cóndor” sería la base de una institución histórica en el fútbol calerano.
2.6.- La mítica gira al norte
En la historia del fútbol calerano es una leyenda la presencia de Nicolás Chahuán Nazar. También, la gira que hizo al norte con el equipo de juveniles del "Cóndor". Se dice que se gastó un premio que había ganado en la Lotería. El mito dice que se compró varios automóviles y se llevó a los jugadores en gira.
Sin embargo, César Vera Morales -quien participó en la gira como refuerzo de Cemento Melón- dice que "supe que Nicolás Chahuán, alguna vez, se ganó un premio de la Lotería, pero tiene que haber sido después de la gira al norte. Sé que el organizador fue Patricio González, un inspector de los trenes y ex jugador de Ferroviarios. Claro que Nicolás Chahuán presidía la delegación".
César Vera dice que los noveles del "Deportivo Cóndor" eran, prácticamente, una selección de La Calera. "Para la gira pidieron refuerzos a Cemento Melón, entre ellos al arquero Carlos Espinoza (después doble campeón con Everton, en 1950 y 1952, y Seleccionado Chileno), Eduardo Donoso, Mario Lattín, Hugo Vera y yo (César Vera).
"Partimos en la noche de un viernes al norte en un tren que llamaban `el Longino´. Era el verano de 1947 y viajamos tres días. Como no había mucha plata, los jugadores teníamos que turnarnos para dormir en el asiento. Un rato se acostaba uno y el otro se tiraba debajo".
Los jóvenes caleranos llegaron a las seis de la tarde de un domingo a Iquique. "Jugamos allá y ganamos a la Selección Novel del fútbol iquiqueño. Estaban reforzados con jugadores de toda la Pampa. Incluso, jugó Manuel `Lito´ Contreras, que después se vino a jugar por Green Cross y quien murió cuando se cayó el avión donde viajaba todo el equipo".
También jugaron con el equipo de la Oficina Salitrera Humberstone. "El último partido -recuerda César Vera- enfrentamos a un cuadro que se llamaba "Norteamérica". Era un equipo adulto, con varios gringos. Entre ellos el papá del arquero Oscar Whirt. Pese a todo, no nos ganaron. Estábamos invitados a Arica y Perú, pero a los que trabajábamos en Cemento Melón se nos acabó el permiso. Tuvimos que regresar todos".
César Vera recuerda el equipo del "Cóndor" que se paseó invicto por el norte. Muchos de ellos se enrolaron después en clubes profesionales. Los de la mítica gira que presidió Nicolás Chahuán fueron: Francisco Guiselleire, Carlos Espinoza, Luis Méndez, Hugo Vera, Nicolás Godoy (Everton), Luis Calderón (Ferroviarios), Víctor Laffite (Wanderers), Mario Díaz (Ferroviarios), César Vera, Eduardo Donoso, Mario Lattín y Gregorio Espinoza (Audax, Everton, Selección Chilena).
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