3.1.- Cómo se gestó el Estadio Municipal
Sonia Aravena, hermana del alcalde Ramón Aravena Laborde, dice que "a partir de 1952 se comenzó a pensar en un Estadio Municipal. "En esa gestión estuvo mi hermano y demoró un tiempo. Sin embargo, recuerdo que, en 1954, vi la maqueta que trajo de Santiago. Era de un metro y medio por ochenta centímetros y lo tuvimos que ira a esperar al tren..
La hermana del alcalde, recuerda que "la maqueta era una especie de Club Español o Italiano de Santiago. Tenía dos canchas de fútbol, de tenis, de básquetbol, la piscina olímpica y un casino. Arriba de la torre de saltos había una terraza que daba hacia la piscina. Al otro lado había una especie de pérgola, con mesitas y quitasoles, que daban hacia la cancha principal. Las graderías se planificaron para veinte mil personas".
Sonia Aravena no recuerda el nombre el arquitecto, "pero era un amigo santiaguino de mi papá. Cuando mi padre vio la maqueta le preguntó a mi hermano si estaba loco. Le dijo: `en un pueblo tan chico no puede haber algo así´. Mi hermano simplemente le respondió que la ciudad tendría que crecer y que el estadio se haría de a poco".
Entonces, en Sudamérica no había más de cinco piscinas olímpicas y todas en ciudades capitales, "pero mi hermano, aparte de jugar básquetbol, era campeón de natación y amigo de importantes dirigentes de ese deporte, por lo que, aseguraba, que conseguiría apoyo para el proyecto.".
Sin embargo, Ramón Aravena se encontró con un problema para crear su soñado complejo deportivo. El municipio calerano no tenía terrenos donde construirlo. Sonia Aravena dice que "mi hermano supo de un terreno abandonado, donde había sólo unas caballerizas. Preguntó de quién era y mi padre le dijo que de un antigua familia Sierra, que había partido a Santiago hacía muchos años".
Sonia Aravena recuerda que "mi hermano Pepe (el alcalde Ramón Aravena Laborde) hizo algunas averiguaciones. Después de un estudio decidió inscribirlo como propiedad del municipio. Como había que hacer pública la petición, insertó un aviso en el Diario `La Aurora´. Mi hermano compró toda la edición. Guardó sólo cinco ejemplares, como lo señalaba la ley, y los demás los quemó. Cuando pasó el plazo de seis meses, lo inscribió definitivamente como propiedad municipal".
El alcalde Ramón Aravena Laborde se preocupó de cerrar todo el perímetro del terreno y plantó árboles. "Un tiempo después -relata Sonia Aravena- aparecieron los nietos de los dueños reclamando la propiedad. Ya no había caso. Mi hermano les mostró los papeles, la publicación en el diario y le explicó todos los trámites que el municipio debió hacer".
3.2.- La creación de "Deportes La Calera"
La División de Ascenso del Fútbol Profesional se hizo realidad en 1951. San Luis de Quillota se integró en 1953. La antigua rivalidad deportiva entre quillotanos y caleranos hizo que se hiciera "absolutamente necesario" ingresar al fútbol profesional.
Además, ese año la Selección de Fútbol de La Calera -que usaba camiseta celeste- fue campeón nacional invicto -con todos los partidos ganados- en La Serena. Su entrenador fue Julio Varela. Estaba integrado, más que nada por jugadores de "Cemento Melón" y "Minas Melón". La campaña de los futbolistas caleranos motivo que cientos de personas acompañaran al equipo. Hubo un tren especial para la final.
Sin embargo, Nicolás Chahuán, que tenía influencias en todos lados, propuso que el Deportivo “Cóndor” tratara de incorporarse a la División de Ascenso. La Asociación Central de Fútbol tenía como vicepresidente a Enrique López. El importante dirigente había vivido en La Calera, descendía de las familia fundadora de la ciudad, y era conocido de los directivos del “Cóndor”.
Luis Orlando Anabalón recuerda que, en una reunión en Santiago, Enrique López, les dijo: “Yo los apoyo, pero deben fusionarse con otros clubes caleranos. Deben ser los representantes del fútbol de toda la ciudad”. Los directivos del "Cóndor" volvieron con la idea de hablar con los demás clubes.
Sin embargo, encontraron apoyo solamente en los clubes “Calera Comercio”, que presidía Aquiles Villalón y el “Tifón”, que estaba a cargo de Alberto Caso. La primera reunión se hizo en los altos de la ex Fuente de Soda “La Selecta”, ubicada en calle Prat, que había adquirido sólo un par de años antes el comerciante italiano Salvador Cupaiolo de Carlo.
Allí, en el segundo piso, se ubicaba el elegante Club Arabe, que era un verdadero casino, donde se jugaban altas sumas de dinero en “Crack”, “Poker” o “Tele”. También tenía varios billares y un comedor amplio que ofrecía muchas exquisiteces.
En la reunión de los tres clubes que auspiciaban el ingreso al fútbol profesional, se decidió bautizar al nuevo club como Deportes La Calera. Se eligió como presidente al alcalde de la ciudad Ramón Aravena Laborde; el tesorero fue Salvador Cupaiolo De Carlo; y como secretario se eligió al jefe de la Compañía de Electricidad, Julio Escobar.
Se inició una campaña de captación de socios -que no anduvo muy bien, por la rivalidad de los clubes- y se imprimieron miles de carnés azules con el nombre de Deportes La Calera, que llevaba afuera el antiguo escudo de la ciudad, en letras doradas. Además de una directiva y los carnés, "Deportes La Calera" no tenía nada más.
3.3.- La postulación de "Cemento Melón"
Entretanto, el Club Deportivo “Cemento Melón” también había iniciado las gestiones para ingresar a la Serie de Ascenso. Tenía una larga trayectoria deportiva, reconocida en todos los ámbitos. Además, contaba un hermoso estadio propio, un equipo semiprofesional y cinco mil socios –los trabajadores de la empresa- al día en sus cuotas.
El presidente de los cementeros, Eugenio Messina Marchant fue a hablar con Amador Yarur, presidente de la Asociación Central de Fútbol. Presentó un cheque por un millón de pesos de la época como garantía.
Sin embargo, se le explicó que su club representaba una empresa, lo que estaba vedado por los reglamentos de la asociación profesional. También se le propuso fusionarse y ser parte de un solo club de la ciudad.
El Club “Cemento Melón” –luego de representar, con gran éxito, a La Calera en el Campeonato Nacional Amateur de 1953 en La Serena- se fusionó con dos fuertes clubes ligados a la empresa: “Minas Melón” y “Minas Calera”.
La nueva institución se llamó “Deportes Melón”. Iniciaron, nuevamente, las gestiones para tratar de ser parte de la División de Ascenso, en representación de La Calera, por lo que había dos clubes postulando para representar a la ciudad en el profesionalismo de Segunda División.
3.4.- La delegación del Cura Lizana
Para resolver la situación, la Asociación Central de Fútbol decidió enviar una delegación para conocer, en terreno, las condiciones de los dos postulantes. La visita era secreta, pero alguien se encargó de avisar, oportunamente, a los dirigentes de “Deportes La Calera” y “Deportes Melón”. Ambos clubes se prepararon para recibir a la delegación capitalina.
“Hasta el momento –dice Luis Orlando Anabalón- teníamos sólo algunos socios y nos reuníamos en la sede que había sido de `Calera Comercio´ que estaba en calle Prat. Eran sólo una piezas que arrendábamos a los Mussa. Habíamos enviado a hacer una placa de bronce con el nombre de `Deportes La Calera´, que aún no instalábamos”.
Pero, el alcalde y presidente de “Deportes La Calera”, Ramón Aravena, junto a Nicolás Chahuán habían ideado un plan para sorprender a los integrantes de la delegación. Esperaron a los dirigentes de la Asociación Central de Fútbol, encabezada por el cura Gilberto Lizana, en el puente “19 de Junio”.
Los llevaron hasta la elegante sede del Club Arabe, donde habían sobrepuesto la placa de “Deportes Calera” y le presentaron al secretario municipal, Froilán Vergara, como gerente del club.
Además, se le preparó un cordero al estilo árabe que los veedores degustaron junto a algunas copas de vino. Luego de almorzar, la delegación dijo que debía visitar las instalaciones de “Deportes Melón”. Los directivos de “Deportes La Calera”, sabían que el club adversario a su postulación tenía una sede antigua en calle Carrera con Huici.
Se ofrecieron para acompañar a la comitiva, sabiendo también que los dirigentes de “Deportes Melón” los esperaban en el lujoso Club de Empleados de Cemento Melón. Cuando llegaron a la sede abandonada le mostraron el local, haciendo énfasis en que la placa había sido removida y que, seguramente, para “impresionar” a la comitiva estarían en algún local de la empresa.
También se dedicaron a hacer notar que El Melón correspondía a un poblado minero ubicado al norte de La Calera, por lo que el club cementero, supuestamente, no representaría a los deportistas de la ciudad, que estaban luchando un cupo en la División de Ascenso.
De todos modos, la delegación llegó hasta el antiguo Club de Empleados de Cemento Melón, visitó su estadio –donde cabían unas dos mil personas- y conoció de su gran cantidad de socios al día.
Después, fueron a conocer el “flamante” Estadio Municipal de La Calera, que –según Luis Anabalón- “el alcalde recién había ordenado plantar el pasto y puesto una reja olímpica de alambres. Además, Ramón Aravena le mostró los planos del estadio que aseguraban una capacidad máxima de veinte mil espectadores".
En un efusivo discurso de Salvador Cupaiolo, a nombre del alcalde, se comprometió a tener el recinto deportivo a punto en pocos meses, lo que logró instalando una graderías de maderas. Un tiempo después, la Asociación Central de Fútbol se decidió por “Deportes La Calera”, que participó en la División de Ascenso de 1954.
3.5.- Los "azules" de "Deportes La Calera"
Según Salvador Cupaiolo, el primer partido que jugó "Deportes La Calera" fue contra “Alianza” de Curicó, al que ganó dos por cero. Entretanto, Luis Anabalón recuerda que el debut fue en el Estadio Municipal, contra "Santiago National". Coinciden en que el triunfo fue por el mismo marcador.
Entre los jugadores con los que debutó “Deportes La Calera”, se contaban Luis Cabrera (un arquero de Llay Llay), Guillermo González, Sergio Espinoza, Santiago Ponce, Jorge Calderón Víctor Lafitte, Mario Lodi, Gregorio Espinoza, "El Huaso" Velázquez y el "Flaco" Sanguinetti, entre otros. Luis Anabalón asegura que hasta un norteamericano jugó por "Deportes La Calera".
Su camiseta era azulina y los pantalones blancos. En varias oportunidades, por falta de más equipamiento, jugaron con las tricotas del "Cóndor", "Calera Comercio" o el "Tifón". Hasta el "Chilenito" prestó sus camisetas para algún partido.
Era, en su mayoría, una verdadera Selección de La Calera, con algunos ex profesionales e incrustaciones traídas de otros lados. No había jugadores de Cemento Melón e, incluso, a los trabajadores de la empresa cementera se les prohibió ir al estadio. Al finalizar el campeonato de 1954 "Deportes La Calera" terminó sexto en la tabla, que consideraba a ocho equipos. Subieron O´Higgins de Rancagua, con Francisco Hormazábal y América, con Salvador Nocetti.
Sin embargo, el representante calerano en el fútbol profesional tenía graves problemas económicos. La cantidad de espectadores y de socios era escasa, además que la competencia local seguía siendo atractiva. Ramón Aravena Laborde comprendió que se debía atraer a los cuadros que eran parte de la empresa cementera y otros de la liga calerana. Se contactó con el ingeniero de Cemento Melón Rodolfo Mateluna e iniciaron una serie de negociaciones.
La iniciativa encontró oposición de Nicolás Chahuán y de otros socios de "Deportes La Calera", los que -pese a las dificultades- pretendían seguir con el club. La situación se tuvo que resolver con una votación, realizada en los salones de la antigua Municipalidad -ubicada en Aldunate-, donde triunfó la moción de fusionarse, liderada por el alcalde Ramón Aravena Laborde y el ingeniero Rodolfo Mateluna. La elección fue tan estrecha -31 a 30 votos- y la decidió el sastre Alfredo Manzur.
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